A menudo, nos lamentamos de todo aquello que nos impide conseguir nuestros objetivos: soy demasiado pequeño, no tengo fuerzas, me falta conocimiento, … y nos sentimos vulnerables, fatigados, luchamos con todas nuestras fuerzas pero no conseguimos avanzar un palmo.
Entonces lloramos desconsoladamente o gritamos frustrados por la impotencia.
Nos encabezonamos, pensamos que sólo hay un camino entre nosotros y nuestros objetivos.
Para quieto, toma distancia y pregúntate:
¿A dónde quieres ir?
¿Para qué te sirve llegar hasta allí?
¿Qué otras opciones existen para conseguir lo que deseas? ¿alguna más? ¿otra más? ¿más?
¿Cuáles son tus características?
¿Cuáles de ellas suponen una fortaleza frente al obstáculo?
¿En cuál de las opciones descritas anteriormente está presente tu fortaleza?
Imagina que ya lo has conseguido ¿qué pasos diste hasta llegar hasta allí?
¿Cuál va a ser el primer paso a dar?
¿Cuándo , dónde y cómo lo vas a dar?
¿Cómo sabrás que has conseguido lo que te proponías? ¿qué veré, oiré, haré, sentiré, una vez alcanzado mi objetivo?
Respira el triunfo, visualízalo, que tu cerebro tenga experiencia de él y te ayude a alcanzarlo. Con esa confianza y basándote en tus fortalezas, LO CONSEGUIRÁS.
Si necesitas compañía en el proceso, acude a mí, soy tu coach.
«Un obstáculo es aquello que ves cuando levantas la vista del objetivo» Proverbio Zen
Magníficas preguntas para tener claro el horizonte.
No hay poder más grande que el de visualizarnos en nuestro objetivo.
Un saludo Mamen.
Gracias Javi por tus reflexiones. Sin duda tú tienes muy claro tu objetivo y no me cabe la menor duda que el futuro te depara muchos éxitos y satisfacciones. Enhorabuena por tu trabajo.
Un saludo
Mamen